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Alberto Escorcia

No se puede justificar Tiananmen. Tampoco se puede olvidar

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    Y ninguna masacre en nombre de ninguna cosa

    Alberto Escorcia

    Los cruzados antes de embestir a una caravana de moros desarmados justificaban la masacre diciendo que era voluntad de Dios. Las brigadas de ajusticiamiento de muchas guerrillas lo hacían en pos del futuro, como también el Pogromo, el Holocausto y las inmuebles masacres de Estados Unidos en pos de la democracia y la libertad.

    El verdadero objetivo de todas estas masacres es detener la autodeterminación, la auto organización, la generación espontánea de ideas, sin control del estado, de líderes y partidos, menos de ayatolas ni patriarcas

    Tiananmen lo vi de lejos, en la TV a mis 8 años y como muchos vimos los videos que se grababan ocultos desde ventanas y sorteaban toda clase de peripecias para salir y poder ser transmitidos.

    Los tanques chinos aplastaron la primavera, ahogaron el  respiro y la bocanada de aire puro que suponía esa liberación espontánea luego del sufrimiento y la atrocidad de la Revolución Cultural de Mao que no era otra cosa que miles de fanáticos saliendo a matar a quien no encajaban en su modelo de quisabequé pedestal comunista.

    Hacerlo visible es lo mejor ante la censura

    A décadas de haber ocurrido la masacre sigue siendo un tabú en China y hoy que por primera vez se han atrevido a protestar en Hong Kong lo mejor que podemos hacer es mostrar lo que esos miles de jóvenes chinos querían que se mostrara, lo mejor que podemos hacer es traducir, difundir y hablar de ello porque aunque en China exista el firewall más grande del mundo para evitar que entre y salga información nadie pueda con el boca a boca, con los sentimientos que en inteligencia y memoria colectiva al no olvidar quizá podamos evitar que otra ve suceda.

    Nuestras armas son nuestros sueños.

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