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Hombres destruyen esculturas del monumento a Cuauhtémoc para robarlas y venderlas y a la gente no le importa porque no lo hicieron feministas

El monumento a Cuauhtémoc es uno de los que más han sido defendidos por muchas personas cuando ha sido rayado con denuncias en alguna manifestación feminista. Una como quiera, pero ¿quiere alguien pensar en los monumentos? A menos de que los destrocen hombres para robarlos por partes, en ese caso, la noticia ya no es tan interesante ni tan indignante.

Lo más curioso de este caso, es que las patas de los jaguares que adornan el monumento pudieron ser cortadas con calma, pues está rodeado por vallas para protegerlo de las ‘malvadas’ feministas. Así, los tres -presuntos- ladrones gozaron de envidiable privacidad… hasta que no. En algún  momento, el ruido fue excesivo y esto alertó a algún buen ciudadano, quien llamó a las autoridades que no estaban enteradas de que algo estuviera sucediendo.

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