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  • WhatsApp se cae en todo el mundo: #WhatsAppDown

    En este 14 de julio WhatsApp sufre una de la mayores caídas de su historia

    De acuerdo a ADN40 usuarios en redes sociales reportaron la caída de la aplicación WhatsApp, debido a que no salían los mensajes.

    La versión web de la aplicación de mensajería instantánea, también sufrió una importante caída por lo que sus usuarios no pudían acceder desde su computadora.

    Los problemas se han reportado en Europa, Estados YUnidos, México, Brasil, India y Australia.

     

    https://loquesigue.tv/si-no-quieres-usar-whatsapp-estas-son-algunas-alternativas/

  • COVID-19: daños cerebrales por explorar

    engin akyurt / Unsplash

    Cuando el brote de COVID-19 estaba en pleno apogeo, los médicos de atención primaria informaban de que un número cada vez mayor de pacientes infectados por el virus acudía a la consulta quejándose de dificultades de atención y pérdida de memoria. Estos problemas cognitivos siempre se han achacado principalmente a la fatiga.

    Sin embargo, ahora surge otra hipótesis: estos síntomas también podrían estar directamente relacionados con la presencia del coronavirus SARS-CoV-2 en el sistema nervioso central, es decir, el cerebro y la médula espinal.

    Los coronavirus pueden atacar a diversos órganos

    Hasta la fecha, la COVID-19 se ha asociado básicamente con dificultades respiratorias, ya que el virus afecta principalmente a los pulmones. Sin embargo, algunas investigaciones científicas ya habían demostrado que, más allá de las vías respiratorias, los coronavirus tienen la capacidad de propagarse a otros órganos, incluido el cerebro.

    Los estudios realizados tras la epidemia de síndrome respiratorio agudo grave (SARS) en 2003 revelaron la presencia de genomas virales en la corteza cerebral de los pacientes.

    En individuos infectados con MERS-CoV se observaron lesiones en varias regiones cerebrales, especialmente en los lóbulos frontal y parietal.

    Sin embargo, los datos sobre los efectos a largo plazo de esta familia de virus en el cerebro, así como las consecuencias en las funciones cognitivas, siguen siendo incompletos.

    Para hacer balance de los conocimientos disponibles, hemos llevado a cabo un estudio de la bibliografía en un artículo publicado en la revista Brain Communications. En él describimos las líneas de investigación que deben seguirse para comprender mejor el vínculo entre cerebro, trastornos psiquiátricos y neurológicos y epidemias de coronavirus.

    Es de vital importancia centrar la atención sobre este punto para mejorar y reforzar el seguimiento a largo plazo de las personas expuestas al SARS-CoV-2 durante la pandemia.

    El hipocampo, ¿una zona particularmente vulnerable?

    Los estudios en animales evidencian muy especialmente la fragilidad del hipocampo, un área del cerebro que desempeña un papel importante en la memoria y la navegación espacial. Esta vulnerabilidad no solo se observa en el contexto de una infección por coronavirus, sino también en otras infecciones respiratorias. Por ejemplo, los experimentos en ratones infectados con el virus de la gripe revelaron que se producían cambios morfológicos y funcionales en el hipocampo en estos animales. Dichos cambios se asocian con el deterioro de la memoria espacial a largo plazo.

    En el caso del SARS-CoV-2, surgen varias preguntas: ¿se observan estos cambios en el hipocampo de algunos pacientes? Y, si es así, ¿son consecuencia directa de la infección viral? Es necesario realizar nuevos estudios para encontrar las respuestas.

    También habrá que determinar si estos cambios cerebrales podrían acelerar el desarrollo de otras patologías, como la enfermedad de alzhéimer, que se caracteriza precisamente por provocar daños en el hipocampo y deterioro de la memoria espacial.

    Los pacientes sometidos a ventilación son los más afectados

    El síndrome respiratorio agudo grave, que se produce en los casos más graves de COVID-19 y que requiere ventilación mecánica para ayudar a los pacientes a respirar, es otro motivo de preocupación.

    De hecho, se sabe que más del 70 % de los pacientes hospitalizados cuya condición requiere ventilación mecánica, a causa de alguna patología respiratoria, ven afectadas sus facultades cognitivas, su capacidad de concentración, su memoria y su fluidez verbal, y esto incluso hasta un año después de ser dados de alta.

    Por otra parte, se ha sugerido que ciertas alteraciones cerebrales (especialmente la atrofia cerebral) asociadas a problemas de atención, de memoria verbal y de las funciones ejecutivas (lógica, planificación, razonamiento…) que afectan a pacientes con síndrome respiratorio agudo grave podrían deberse a una falta de oxígeno (hipoxemia) producida antes de proceder a la ventilación.

    ¿Trastornos psiquiátricos de origen viral?

    También hemos examinado la bibliografía científica que estudia la relación entre las enfermedades psiquiátricas y las infecciones por coronavirus humanos.

    Un pequeño estudio, realizado con 40 pacientes sospechosos de estar infectados con MERS-CoV y puestos en cuarentena por este motivo, reveló trastornos psiquiátricos, que incluían brotes psicóticos y alucinaciones en el 70,8 % de los casos. El hecho de que, en esa investigación, todos los pacientes que sufrían dichos trastornos posteriormente dieran positivo en las pruebas del virus (frente a los casos sospechosos que dieron negativo, los cuales no mostraron síntomas cognitivos) apunta a la existencia de un mecanismo viral.

    Como consecuencia de la pandemia de COVID-19, de una magnitud sin precedentes, se espera un aumento del número de trastornos psiquiátricos en la población general, debido al trauma provocado por este período. Sin embargo, no se puede descartar que algunos de estos casos hayan sido causados directamente por la infección viral, que habría sido la responsable de los cambios cerebrales, y no por factores ambientales tales como el clima de angustia en el que hemos vivido durante varios meses.

    Cada vez hay más pruebas de la capacidad del nuevo coronavirus para propagarse al sistema nervioso central, y parece confirmarse el riesgo de consecuencias perjudiciales para el cerebro a largo plazo. Por lo tanto, es urgente reforzar la investigación sobre este tema. En concreto, se necesitan estudios más amplios sobre las disfunciones cerebrales que afectan a las personas que han estado expuestas a brotes anteriores de coronavirus.

    En los próximos meses, también será necesario prestar especial atención a las manifestaciones cognitivas relacionadas con la infección por SARS-CoV-2: evaluar su diversidad, establecer la duración de los posibles síntomas cognitivos en antiguos pacientes, identificar los vínculos entre la gravedad de la infección y la magnitud del deterioro cognitivo, etc.

    Para ello, la participación de los médicos de atención primaria será indispensable. Ellos son los más indicados para hacer un seguimiento de los pacientes e identificar a aquellos que presentan problemas cognitivos a largo plazo.


    Artículo traducido gracias a la colaboración con Fundación Lilly.


    The Conversation

    Karen Ritchie does not work for, consult, own shares in or receive funding from any company or organization that would benefit from this article, and has disclosed no relevant affiliations beyond their academic appointment.

    Fuente: The Conversation (Creative Commons)
    Author: Karen Ritchie, Professor, University of Edinburgh – Directrice de recherche émérite, Inserm

  • La COVID-19, ¿se contagia o no por el aire?

    Shutterstock / Halfpoint

    Esta pregunta acerca del mecanismo de transmisión del virus ha sido objeto de un intenso debate en la comunidad científica desde el inicio de la pandemia, a veces con posiciones contradictorias. Pero, como siempre en medicina, nunca hay una respuesta simple.

    Dos tipos de gotas

    Empecemos por una cuestión sencilla: ¿cómo puede transmitirse una infección por el aire? Al hablar, toser, estornudar o simplemente respirar con la boca abierta, expulsamos dos tipos de gotas que contienen saliva y otros fluidos respiratorios.

    Las de mayor tamaño reciben el nombre de gotas de Flügge, en honor del higienista alemán Karl Flügge, que las describió a finales del siglo XIX, y a veces son fácilmente observables. Estas gotas permanecen en suspensión un tiempo limitado y no se dispersan más allá de 1,5 o 2 metros del emisor. De ahí que se haya establecido esta separación entre personas como distancia de seguridad.

    Al ser relativamente grandes, pesadas y con un buen contenido hídrico, las gotas de Flügge tienden a caer en unos minutos, depositándose en las superficies durante tiempos relativamente largos. En el caso del SARS-CoV-2, los virus contenidos en estas partículas pueden permanecer viables, según el tipo de superficie, desde horas a días. Eso sí, la cantidad de virus se reduce rápidamente con el tiempo, lo que limita la posibilidad de infección. Por esta razón debemos extremar las precauciones de higiene y limpieza general. Y, por supuesto, lavarnos las manos, ya que podemos haber tocado objetos contaminados.

    Lo que sucede es que, además de las gotas de Flügge, también emitimos un segundo tipo de gotas mucho más pequeñas. Son prácticamente inapreciables, por debajo de las 5 micras, y se dispersan como los aerosoles.

    Y ahí surge la polémica. Porque mientras que el papel de las gotas de Flügge como elemento de transmisión de la enfermedad nunca ha estado en duda, el papel real de los aerosoles en la transmisión de la enfermedad ha sido muy controvertido. Ya en el mes de marzo se publicó un estudio en el que se demostraba la presencia del virus en estos aerosoles durante bastante tiempo. Entonces, ¿por qué las dudas? Pues porque para que desarrollemos la enfermedad es necesario que una cantidad de virus suficientemente alta penetre en nuestras vías respiratorias.

    En otras palabras, no vamos a enfermar porque nos invada una sola partícula de virus. Se necesitan muchas más, y los expertos cuestionaban si esta dosis mínima infectiva se podía alcanzar en situaciones de la vida diaria. Las dudas empezaron a despejarse en abril cuando el estudio detallado de tres brotes epidémicos originados en un autobús, en un centro de atención telefónica y en un restaurante reveló un clarísimo patrón de diseminación por aerosoles.

    Al reconstruir el lugar en que cada infectado se encontraba con respecto al paciente 0 de cada brote (u originario del mismo), así como el tiempo en que había permanecido en contacto, se comprobó que todos los episodios tenían en común tres cosas. A saber: un espacio confinado, un prolongado y cercano contacto, y la presencia de aire acondicionado, que agitaba el aire.

    ¿Aclarado entonces? No del todo. Aún quedaban dudas porque desde hace muchos años se ha pensado que esta posibilidad no suponía un mecanismo de transmisión viral significativo en circunstancias reales. Es más, en ninguna otra situación se había establecido un patrón tan claro de transmisión, o incluso aparecían datos claramente en contra.

    Estudios que se contradicen

    A mediados de mayo se hizo público otro revelador estudio de sobre un importante brote (119 infectados, 39 de ellos pacientes y 80 sanitarios) ocurrido en un hospital de Sudáfrica. Los epidemiólogos consiguieron reconstruir con precisión detectivesca la cadena de transmisión del virus dentro de cada una de las unidades del hospital. En aquel momento quedó muy claro que el método de transmisión principal habían sido los objetos contaminados, llamados fómites, y no la vía aérea.

    Es más, en su informe los epidemiólogos se mostraban sorprendidos de que la transmisión por aerosoles parecía no haber tenido ningún papel relevante. Ni siquiera en una situación en la que se hubo de realizar una intubación de urgencia a un paciente con COVID-19 y en la que los sanitarios no tenían los equipos de protección individual apropiados. Por tanto, el debate en cuanto al efecto real de los aerosoles como mecanismo de transmisión siguió vivo.

    El último capítulo de este debate lo protagoniza una carta publicada por dos expertos y avalada por otros 239 científicos en la que se insiste en que la transmisión por gotas o por fómites no explica suficientemente todos los contagios, proponiendo un modelo de dispersión del virus en espacios cerrados. Estas evidencias acumuladas, unidas a la permanencia del SARS-CoV-2 en aerosoles y la demostrada participación de esta vía en la transmisión de virus similares, como el de la gripe o el respiratorio sincitial, han hecho que la Organización Mundial de la Salud modifique su posición inicial en relación con la importancia de este mecanismo de transmisión en la actual pandemia.

    Ventilación y aire acondicionado

    El cambio de posición de la OMS implica que, a partir de ahora, deberíamos extremar el uso de las mascarillas, de la distancia social y del lavado de manos y la higiene general. Pero, además, nos insta a prestar una atención adicional a los patrones de circulación del aire en interiores.

    Si, en efecto, el virus viaja en cantidades suficientemente infectivas más allá de los 2 metros de distancia de seguridad, la única respuesta posible pasa por implementar urgentemente dos medidas fáciles. La primera es una ventilación frecuente de los espacios interiores, para asegurar la renovación del aire (aunque esto suponga una pérdida de climatización de los edificios públicos). La segunda, un mantenimiento riguroso de los filtros de aire acondicionado. Así como, por supuesto, reducir al mínimo el aforo de personas en estos espacios cerrados.

    Deberíamos tener claro que cada una de las posibles vías de transmisión no es ni más ni menos importante, sino que las circunstancias de cada momento son las que inclinarán la balanza hacia una de ellas.

    The Conversation

    Ignacio J. Molina Pineda de las Infantas no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.

    Fuente: The Conversation (Creative Commons)
    Author: Ignacio J. Molina Pineda de las Infantas, Catedrático de Inmunología, Centro de Investigación Biomédica, Universidad de Granada

  • Amazon prohíbe el uso de Tik Tok a empleados por seguridad

    Y parece que no deja de hablarse de las probables intrusiones a la privacidad de parte de Tik Tok, la app china de videoblogging

    Así lo registra El Periódico:

    “Debido a un riesgo de seguridad, la aplicación de TikTok ya no está permitida en los dispositivos móviles que tienen acceso al correo electrónico de Amazon. Si tienes TikTok en tu dispositivo, tienes que borrarlo antes del 10 de julio para poder mantener el acceso al correo de Amazon. En este momento, el uso de TikTok desde el ordenador portátil está permitido”, reza el comunicado interno.

    La popular red social de vídeos musicales está en el punto de mira al ser considerada como una herramienta de espionaje masivo en manos de Pekín, por lo que la India la ha prohibido a sus ciudadanos y el secretario de Estado de EEU, Mike Pompeo, aseguró que su Gobierno se está planteando hacer lo mismo. También está en el punto de mira de Indonesia, Bangladés y Australia.

     

     

  • Conferencia de prensa matutina. Martes 14 de julio 2020 | Presidente AMLO

    Conferencia de prensa matutina, desde Palacio Nacional, Ciudad de México. Martes 14 de julio 2020. Presidente AMLO.

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  • Snowden en Reboot The World: “No me arrepiento de nada salvo de no haberlo hecho antes”

    En la Cadena SER han podido preguntarle si en algún momento se ha arrepentido de sus acciones para desvelar información confidencial de EEUU, sobre todo teniendo en cuenta que con las nuevas tecnologías y el uso de las redes sociales, la gente parece olvidar la privacidad.

    “No me arrepiento de nada, salvo de no haberlo hecho antes”, ha contestado contundente Snowden. “Si lo hubiéramos hecho antes habríamos podido reaccionar antes también para que fuera más efectivo, especialmente reduciendo la cantidad de países a los que llegó la vigilancia masiva”, ha señalado.

     

  • Conferencia de prensa matutina. Lunes 13 de julio 2020 | Presidente AMLO

    Conferencia de prensa matutina, desde Palacio Nacional, Ciudad de México. Lunes 13 de julio 2020. Presidente AMLO.

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  • Más información sobre el viaje a Washington D.C.

    Más información sobre el viaje a Washington D.C. y el encuentro con el presidente Donald Trump.

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  • Entrevista con Noticias Telemundo

    Entrevista con Noticias Telemundo. Jueves 9 de julio 2020. Presidente AMLO.

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  • Iglesia Católica estadounidense recibe 1,400 MDD en ayuda federal por la pandemia

    La Iglesia Católica utilizó una exención especial de las reglas federales para obtener al menos 1,400 millones de dólares en ayuda por la pandemia de coronavirus, financiada por los contribuyentes, y buena parte de ese dinero fue a diócesis que pagaron enormes cantidades o se declararon en bancarrota debido a acusaciones de encubrimiento de abuso sexual sacerdotal.

    La iglesia pudo haber recibido, e incluso superado, los 3,500 millones de dólares, convirtiendo a la institución religiosa global con más de 1,000 millones de fieles en todo el mundo, en uno de los máximos ganadores de las labores de ayuda contra la pandemia por parte del gobierno estadounidense, según reveló un análisis de The Associated Press de los datos federales difundidos esta semana.

    Por lo general, los templos de culto y las organizaciones de fe que promueven creencias religiosas no son elegibles para fondos de la Agencia Federal para el Desarrollo de la Pequeña Empresa de Estados Unidos. Sin embargo, a medida que la economía se desplomó y se disparó el número de desempleados, el Congreso permitió que los grupos religiosos y otras organizaciones no gubernamentales ingresaran al Programa de Protección del Pago de Sueldos (PPP por sus iniciales en inglés), un fondo de 659,000 millones de dólares creado para mantener activa a la economía y los trabajos de los estadounidenses.

    Al promover agresivamente al programa y manejar los recursos para navegar por sus cambiantes reglas, diócesis, parroquias, seminarios y otros ministerios católicos han recibido hasta el momento las aprobación para 3,500 créditos condonables, descubrió la AP.

    La arquidiócesis de Nueva York, por ejemplo, recibió 15 créditos por un valor de al menos 28 millones de dólares sólo para sus principales oficinas ejecutivas. La Catedral de San Patricio, sobre la Quinta Avenida de Nueva York, recibió aprobación para al menos 1 millón de dólares.

    Un crédito de al menos 2 millones de dólares fue a la diócesis de Wheeling-Charleston, Virginia Occidental, en donde una investigación de la iglesia reveló el año pasado que el entonces obispo Michael Bransfield desfalcó fondos y realizó insinuaciones sexuales a jóvenes sacerdotes.

     

    Ver más en AP, Vía Vanguardia