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  • Alerta sin alarma: qué hacer frente al virus porcino con ‘potencial pandémico’ detectado en China

    Shutterstock / PAPA WOR

    Los investigadores han encontrado una nueva cepa de virus gripal con “potencial pandémico” en China. Se trata de un virus que puede contagiarse de cerdos a humanos, y que ha generado un buen puñado de titulares alarmantes.

    Que el virus haya sido detectado tan pronto es una excelente noticia, pues activar la situación de alerta de forma rápida permite a los virólogos pasar a la acción y desarrollar nuevos test específicos para este virus gripal concreto.

    Pero es importante que entendamos que hasta ahora no hay pruebas de que este virus se pueda transmitir de humano a humano. Y a pesar de que los test de anticuerpos han demostrado que algunos trabajadores chinos de explotaciones porcinas sí que lo han tenido en el pasado, de momento tampoco hay pruebas de que este virus sea particularmente mortífero.

    Lo que sabemos hasta ahora

    China posee un fantástico sistema de vigilancia contra la gripe implantado en todas sus provincias. Rastrean la aparición de brotes de gripe que tengan su origen en aves, humanos o cerdos. Y lo hacen porque, como afirman los científicos en el artículo, “la vigilancia sistemática de virus gripales en cerdos es clave tanto para emitir una alerta temprana como para estar preparados ante una potencial pandemia”.

    Entre 2011 y 2018, en sus tareas de vigilancia de virus gripales procedentes de cerdos, los investigadores encontraron lo que denominaron “un genotipo 4 (G4) surgido recientemente y reclasificado como virus H1N1, similar a los procedentes de aves euroasiáticas (EA)”. En ese artículo llamaban al virus G4 EA H1N1. Sostenían que había estado propagándose muy lentamente desde 2013, y que se convirtió en el componente fundamental del virus H1N1 de origen porcino que se detectó en China en 2018.

    En castellano: lo que descubrieron fue un nuevo tipo de gripe que era una mezcla de nuestra gripe humana H1N1 y otra de origen aviar.

    Lo interesante es que los test de anticuerpos han demostrado que los trabajadores de las explotaciones porcinas de las áreas afectadas estaban contagiados. De entre los trabajadores testados, en torno al 10 % (35 personas de 338) presentaban signos de haber contraído el nuevo virus G4 EA H1N1 en el pasado. Las personas de entre 18 y 35 años parecían más propensas a haberlo tenido.

    Lo más destacable, sin embargo, fue que también dieron positivo en anticuerpos un pequeño porcentaje del total de muestras de sangre recogidas; unas muestras que procedían de personas que, en principio, habían tenido poco contacto con los cerdos. Es decir, estas personas también habían tenido el virus en el pasado.

    Es muy relevante que hasta ahora los investigadores no hayan encontrado pruebas que apunten a que es posible la transmisión del virus entre humanos. Han descubierto “eficiencia infecciosa y transmisión por aerosol en hurones”, lo que quiere decir que hay pruebas de que el nuevo virus se puede contagiar a través de gotitas que viajan por el aire de hurón a hurón (se trata de animales a los que a menudo usamos como sustitutos de humanos en los estudios sobre virus de la gripe). Los hurones infectados por el virus G4 se pusieron enfermos, perdieron peso y sufrieron daños en los pulmones, lo mismo que otros ejemplares infectados con una cepa estacional del virus gripal H1N1 de origen humano.

    También descubrieron que el virus puede infectar las células de las vías respiratorias humanas. La mayoría de las personas todavía no tiene los anticuerpos contra los virus G4, lo que quiere decir que la mayoría de sistemas inmunológicos humanos carecen de las herramientas necesarias para combatir la enfermedad en caso de tener que enfrentarse a un virus de este tipo.

    En resumen: este virus ha estado circulando durante años, sabemos que puede saltar de cerdos a humanos, y cumple todos los requisitos para convertirse en una de esas enfermedades infecciosas que los investigadores denominan PPP (patógeno potencialmente pandémico).

    Si un humano se contagia, ¿es grave?

    Aún no tenemos demasiados datos con los que trabajar, pero es probable que la gente que sufrió esas infecciones en el pasado ni se acuerde de que las tuvo. El nuevo artículo sobre el asunto no ofrece demasiados detalles, pero ninguna de las personas de las que procedían las muestras murió a causa de este virus.

    No hay indicios de que este nuevo virus haya tenido un gran impacto o una gran expansión en las regiones de China donde ha sido detectado. China posee unos sistemas de vigilancia de virus excelentes y en este momento no debemos tener miedo.

    La Organización Mundial de la Salud ha afirmado que está siguiendo muy de cerca los acontecimientos, y que esto “pone de relieve que no podemos bajar la guardia ante la gripe”.

    ¿Qué va a ocurrir ahora?

    Las personas que trabajan en mi campo (la investigación de enfermedades infecciosas) están alerta, pero no alarmadas. Las cepas nuevas de gripe surgen de vez en cuando y necesitamos estar preparados para darles respuesta. Tenemos que prestar la máxima atención a cualquier posible signo de transmisión de humano a humano.

    Hasta donde sé, los test específicos que usamos para la gripe en humanos no serán capaces de identificar este nuevo virus G4 EA H1N1, por lo que deberíamos desarrollar nuevos test y tenerlos listos pronto. Sin embargo, nuestros test de cribado estándar para la gripe A deberían funcionar.

    En otras palabras: podemos saber si alguien tiene la denominada “gripe A” (un tipo de virus gripal que normalmente detectamos en la gripe estacional). Pero se trata de un término muy general que abarca muchos tipos de cepas de gripe. Todavía no tenemos un test específico para detectar esta cepa concreta descubierta en China, pero podremos desarrollar uno rápidamente.

    Resulta clave estar preparados en el laboratorio por si detectamos repuntes inusuales de gripe. Esta preparación subraya la importancia que tienen la planificación contra pandemias, los actuales sistemas de vigilancia de virus así como la ejecución de políticas sanitarias integrales.

    Y, como ocurre con toda gripe, nuestras mejores defensas son lavarnos las manos de forma meticulosa y mantener la distancia social en caso de que otros, o nosotros mismos, tengamos el más mínimo síntoma.

    The Conversation

    Ian M. Mackay does not work for, consult, own shares in or receive funding from any company or organization that would benefit from this article, and has disclosed no relevant affiliations beyond their academic appointment.

    Fuente: The Conversation (Creative Commons)
    Author: Ian M. Mackay, Adjunct assistant professor, The University of Queensland

  • Las consecuencias emocionales y de comportamiento que nos deja el confinamiento

    Shutterstock / fizkes

    Cuando la pandemia comenzó, las personas nos distribuimos a lo largo de un eje emocional que iba desde el extremo de las emociones negativas como el miedo hasta la subestimación de la probabilidad de contraer el virus. A esto último, los expertos lo llaman el sesgo optimista

    Aquel estado emocional resultante y latente, sumado a la cantidad abrumadora de información disponible, evidenció cómo las emociones sentidas podían hacernos más sensibles al tipo de información que queríamos recibir. Aquellas personas con emociones negativas eran más sensibles a buscar información congruente con el estado emocional que estaban experimentado.

    Reacción ante el miedo

    En un contexto de máxima incertidumbre, en donde aquellos encargados de tomar decisiones no tenían del todo claro lo que debía hacerse, la sociedad tomó decisiones y así continúa haciéndolo actualmente.

    Pero ¿cómo lo hace? Autores como Kim Witte consideran que cuando las personas sienten miedo y perciben que pueden reaccionar, su comportamiento se orienta a enfrentar la amenaza; pero si se sienten poco eficaces o incompetentes, se incrementan las reacciones defensivas.

    Costes y beneficios de una acción individual

    Es frecuente que los individuos, al momento de optimizar sus decisiones, busquen información precisa y clara en relación a los costes y beneficios de su actuación individual y social. Por ejemplo, a la hora de planificar las vacaciones en este verano de “covidnormalidad”. Las personas han tenido que tomar decisiones con poca o mucha información y esto ha llevado a entender el impacto de la responsabilidad individual sobre el conjunto en el marco de la incertidumbre, cada vez mejor tolerada y, por momentos, olvidada al habituarse a ella.

    Esta pandemia ha influido individual y socialmente porque ha permitido entender que, aunque exista incertidumbre, las personas pueden, en el descontrol, tomar la decisión de mantener el control, aunque se tengan pocos elementos que permitan mantenerlo.

    A pesar de que algunos suelen reaccionar de modo defensivo, otros deciden ejercer comportamientos de autocuidado: se protegen y así protegen a los suyos y a los desconocidos, adaptándose de esta forma a las nuevas condiciones. La gente se dio cuenta de la función de cada parte de la sociedad justo en el momento en que todo se había desordenado.

    ¿Acabará la vida frenética?

    La pandemia ha impactado contundentemente en las formas en las que nos relacionamos. Algunos sociólogos consideran que la cuarentena nos ha llevado a pensar en la inviabilidad de la vida frenética que llevábamos y nos ha enlentecido.

    Contrariamente, posturas como la del filósofo coreano Byung-Chul Han consideran que tendremos mayor presión e ímpetu para producir ante la competencia abrumante, lo cual acelerará hasta la desaparición de nuestros ritos.

    La pandemia podría acelerar la eliminación de algunos de ellos, otros los modificará a las nuevas condiciones y otros se solidificarán porque han sido el resultado de años acompañando a la humanidad. Seremos más conscientes de la existencia de los tiempos en plural y olvidaremos la concepción del tiempo en singular. Los tiempos estarán determinados por el espacio en donde interactuemos.

    Los tiempos presenciales son diferentes a los virtuales. Por ejemplo, llegar diez minutos tarde a una reunión online implica mayor desesperación para nuestro receptor. También ocurre con las clases: deben hacerse en un menor tiempo, y como consecuencia el conocimiento se transmite en forma de vídeo-píldoras.

    Un cambio en la percepción de la intimidad

    Pero no solo la pandemia ha influido en percibir los tiempos, sino en la forma de entender la intimidad y en la construcción de la confianza entre personas. En esta línea, la gente ahora tolera mejor el hecho de que desconocidos perciban a través de la cámara del ordenador actividades propias de su intimidad: escuchamos y vemos a los niños gritando o deambulando por la casa de nuestros profesores, jefes, ejecutivos, etc.

    La intimidad se está estableciendo en el marco de nuevos linderos en donde las personas se reúnen de manera online en breves espacios de tiempo, y se adaptan a rituales propios en el cara a cara, cambiando formas de saludar, usando las mascarillas y exacerbando sus microexpresiones para dejar claro lo que se quiere decir.

    Otro cambio significativo es el modo en el que se establece la confianza. En estos meses, algunos afortunados se han reincorporado al trabajo, mientras el riesgo de contagio todavía está latente. En la medida que estos vean que los de alrededor han adquirido hábitos de autocuidado, la confianza que tenían en ellos se verá fortalecida, y será un aspecto más a tener presente en el caso de establecer nuevas relaciones.

    Sin embargo, la confianza se traslada también a una dimensión mayor. Este julio, mes en el que comienzan las primeras movilizaciones a segundas residencias y destinos vacacionales nacionales e internacionales, España se enfrenta al reto, no solo económico, de salvar esta temporada al turismo, sino también de fortalecer la marca España.

    En este contexto, mantener el equilibrio psicológico es fundamental, así como pensar que no existe una única receta para estar mejor y que probablemente la mejor forma de estarlo empieza por hacer conciencia de que se está mal.

    Esto implica reconocer y aceptar el estado emocional que se tiene y hacerlo puede facilitar un plan de mejora. La meditación y la atención plena pueden ser una estrategia para algunas personas. Para otras puede implicar pensar en exceso sobre la situación compleja. En este caso, probablemente sea mejor permitirse realizar una distracción para reducir o activar su estado fisiológico.

    Expectativas sobre nuestras emociones

    Por otro lado, replantear la situación es clave. Si uno cree que debe mantenerse bien durante la pandemia, sus expectativas son absolutistas e incitan a las sobregeneralizaciones: “yo nunca he podido”, “no podré”, etc. Esto facilita emociones de culpa, vergüenza o ira.

    Es muy positivo centrarse en las conductas de autocuidado y en las cosas pequeñas del día que le hacen ser feliz a la persona y a los suyos. Obsesionarse con ser positivo o feliz puede llevar a un efecto indeseado de centrarnos en nuestra propia felicidad y no en la felicidad de las personas cercanas, facilitando la desconexión de las relaciones interpersonales, y desarrollar estados de frustración al ver que se tiene que ser feliz y no se puede.

    Frente al miedo a los rebrotes

    Finalmente, frente al miedo por un posible rebrote, es necesario reflexionar sobre cómo hemos reaccionado durante esta cuarentena, cuáles han sido esos pequeños o grandes éxitos e implementarlos hasta percibir una cierta ilusión de control. En nuestra historia, primero nos alertamos, preparamos y luego ejecutamos.

    Recordemos que en la medida en que la gente tenga información más clara sobre la supervivencia del virus en diferentes superficies, posibles tratamientos o la vacuna, las personas serán más tolerantes al riesgo potencial de contagio.

    The Conversation

    Elkin Luis no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.

    Fuente: The Conversation (Creative Commons)
    Author: Elkin Luis, Profesor de la Facultad de Educación y Psicología, Universidad de Navarra

  • Segundo adelanto de pensiones de adultos mayores y discapacidad. Conferencia presidente AMLO

    Conferencia de prensa matutina, desde Palacio Nacional, Ciudad de México. Jueves 2 de julio 2020. Presidente AMLO.

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  • ¿Nos deja secuelas el confinamiento?

    Shutterstock / Pearl PhotoPix

    El pasado 11 de marzo de 2020, ante los elevados casos de contagio del nuevo coronavirus SARS-CoV-2, causante de la COVID-19, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró una pandemia mundial. Arrancaba así el reto más importante al que se ha enfrentado nuestra sociedad en los últimos 75 años. Después de todo, desde la Segunda Guerra Mundial no se vivía una situación dramática como esta que afectara a todos los países del mundo.

    Para poder evaluar cómo ha afectado a nivel psicológico el confinamiento al que hemos sido sometidos para controlar el contagio, un grupo de 80 investigadores internacionales de más de 40 universidades de todo el mundo hemos puesto en marcha PSY-COVID. Se trata de un estudio de investigación para conocer los efectos psicosociales de la pandemia de COVID-19 y mejorar la prevención de su contagio ante futuros rebrotes. Y supone un esfuerzo de colaboración científica extraordinario, como corresponde a una situación extraordinaria.

    Según el primer análisis de los resultados, en torno al 35% de la población española estaría en riesgo de sufrir o habría presentado síntomas de ansiedad o depresión, siendo las mujeres y las personas más jóvenes las más afectadas.

    Una base de datos mundial y abierta

    Los objetivos de PSY-COVID se pueden resumir brevemente. Para empezar, nos proponemos crear una gran base de datos mundial sobre los efectos psicológicos y el comportamiento de las personas durante la pandemia de COVID-19. Y lo que es más importante: una vez elaborada, esa base de datos se pondrá a disposición de toda la comunidad científica y de las autoridades sanitarias. El fin no es otro que facilitar un mejor foco de intervención y acompañamiento, tanto a la población en general como grupos de riesgo, ante futuras crisis similares en cualquier lugar del mundo.

    Nuestra base de datos en abierto permitirá a equipos de investigación y autoridades sanitarias de todo el mundo analizar con una métrica común internacional los efectos psicológicos de las medidas de restricción de movilidad que han adoptado la gran mayoría de países para intentar controlar el contagio del coronavirus SARS-CoV-2.

    El problema de usar métricas diferentes

    Usar una métrica común es importante porque existe una gran disparidad aparente en la prevalencia de trastornos de ansiedad o depresión por países. En algunos, las cifras oficiales hablan de que se supera el 40% en trastorno de ansiedad y el 10% en el trastorno de depresión, como es el caso de la región china de Wuhan (epicentro del contagio). En otros países, por el contrario, apenas se han apreciado cambios en la salud mental de la población en relación a estudios previos a la pandemia, como es el caso del Reino Unido.

    Países como Argentina y España quedarían en un lugar intermedio, con un 10% al 20% de incidencia de trastornos de ansiedad. Estas cifras suponen un aumento significativo en relación a los estudios previos a la pandemia, pero sin llegar a las tasas extraordinarias de China.

    No está claro si esta disparidad se debe a un efecto diferencial de las distintas medidas de restricción de movilidad a las que ha estado sometida la población de cada país (más duras y súbitas en China que en Argentina o España, o más laxas y progresivas como en el caso del Reino Unido). O si, más bien, se trata de que en cada país se está empleando una metodología de evaluación diferente. Uno de los objetivos del estudio PSY- COVID es, precisamente, despejar esas dudas.

    Asimismo, el estudio pretende identificar los colectivos que han padecido los efectos con más dureza, entre los que estudios preliminares sitúan al personal sanitario y las personas con patologías previas y cuadros psiquiátricos con cuadros más severos de la enfermedad. En ambos parece haber un aumento de prevalencia de trastorno por estrés agudo o de trastorno por estrés postraumático. También son de interés el personal docente, las personas con diversidad funcional, las personas con enfermedades crónicas, población migrante, población desplazada y víctimas de violencia de género.

    Con el objetivo de que se pueda hacer un seguimiento de los datos del estudio en streaming, el equipo de investigación ha desarrollado un contador mundial donde se puede consultar el número de respuestas a tiempo real por idiomas y por países que participan en el estudio.

    Primeros resultados

    Los resultados obtenidos tras la primera evaluación (mayo 2020), que se derivan de una muestra de más 7.000 personas que han residido en España durante los dos meses que han durado las medidas más restrictivas de movilidad, muestran que la pandemia ha tenido un impacto psicosocial considerable en buena parte de la población.

    Como ya adelantábamos, el primer análisis de los resultados indica que en torno al 35% de la población española estaría en riesgo de sufrir o habría presentado síntomas de ansiedad o depresión (lo cual no quiere decir que hayan desarrollado necesariamente el trastorno). Las mujeres y las personas más jóvenes serían las más afectadas.

    Del estudio se desprende asimismo que tener unos hábitos de sueño estables se asocia con niveles más bajos de ansiedad y depresión, y con una mayor capacidad de adaptación a los cambios.

    Por otro lado, se ha observado que alrededor del 40% de las personas encuestadas ha obtenidos altos valores en resiliencia (resistencia ante las adversidades de la vida). Estos resultados dan pie a pensar que, aunque la pandemia esté afectando negativamente a la salud mental en algunas personas, buena parte de la población se está adaptando a la situación de manera satisfactoria y ha salido fortalecida.

    En suma, los resultados preliminares ya permiten empezar a identificar algunos de los grupos de población (mujeres jóvenes) en los cuales el impacto psicosocial ha sido más intenso, así como cuáles son los factores individuales y del contexto que juegan un papel más relevante en la vulnerabilidad ante trastornos mentales, o bien aquellos que protegen y mejoran la adaptación a circunstancias adversas.

    ¿Nos ha afectado la pandemia de forma homogénea o desigual?

    Cuando el estudio concluya y proporcione información acerca del impacto psicosocial de COVID-19 en más de 20 países –obtenidos con un mismo modelo de encuesta–, será posible determinar si la pandemia está afectando de forma homogénea o desigual a personas de distintas partes del mundo. Algo que no es posible en la mayoría de estudios actuales, que emplean instrumentos de evaluación psicológica diferentes difíciles de comparar.

    Esto permitirá analizar cómo han afectado las medidas adoptadas por cada gobierno o administración pública. Pero también el impacto las diferencias socioculturales de cada país a la capacidad de las personas para adaptarse y afrontar la situación actual. Dos aspectos clave para prevenir situaciones similares en futuras pandemias.

    The Conversation

    Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.

    Fuente: The Conversation (Creative Commons)
    Author: Daniel López Fernández, Associate Professor. Facultad de Ciencias de la Salud. Grupo de Investigación en Rendimiento Humano, Ejercicio Físico y Salud, Universidad De Las Palmas de Gran Canaria

  • Qué es el remdesivir, el primer fármaco autorizado contra la COVID-19 que Trump quiere acaparar

    Shutterstock / Kunal Mahto

    El 1 de mayo, la Agencia para los Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) emitió una “autorización de uso urgente” para el tratamiento de casos graves de COVID-19 con el antiviral remdesivir. Y el 25 de junio, la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) recomendaba a la Comisión Europea su “autorización condicional” para estos pacientes.

    El remdesivir ha generado polémica en los últimos días por dos motivos. En primer lugar, su precio de comercialización será de algo más de 2 000 euros por paciente, lo que ha abierto un nuevo debate social, de naturaleza bioética, sobre adquisición de medicamentos y salud pública.

    Pero, además, el gobierno de EE. UU. ha adquirido el 90 % de la producción de este fármaco para los próximos tres meses.

    ¿Qué es el remdesivir y cómo funciona?

    El remdesivir es un profármaco (una sustancia inocua que se transforma en fármaco dentro del organismo cuando es metabolizada) antiviral. Pertenece a la familia de los análogos de los nucleótidos y actúa inhibiendo una enzima del virus indispensable para su multiplicación. Ha demostrado tener actividad in vitro contra el SARS-CoV-2:

    Qué es el remdesivir, el primer fármaco autorizado contra la COVID-19 que Trump quiere acaparar -  src=
    Mecanismo de acción del remdesivir frente al SARS-CoV-2.
    BioRender

    El remdesivir se desarrolló como tratamiento para la infección por el virus del ébola, pero presenta también actividad in vitro frente a otros virus, incluidos algunos coronavirus como el causante del MERS y el SARS-CoV-2.

    ¿Es eficaz y seguro en pacientes con COVID-19?

    A finales de abril de 2020 se publicaron en The Lancet los resultados preliminares de un estudio aleatorizado, doble-ciego y controlado, realizado en Hubei (China). En este estudio se incluyeron 237 pacientes (158 tratados con remdesivir y 79 tratados con placebo) con infección grave por SARS-CoV-2.

    El estudio evaluó el “tiempo hasta la mejoría clínica”. Aunque los resultados no fueron estadísticamente significativos, se observó que el “tiempo hasta la mejoría clínica” fue menor en los pacientes que recibieron remdesivir en el marco de los primeros 10 días desde el inicio de los síntomas.

    Sin embargo, otros estudios, como el NIAID-ACTT-1 –otro ensayo clínico multinacional, aleatorizado, doble-ciego y controlado–, en el que se evaluó la eficacia y seguridad del remdesivir en pacientes hospitalizados con neumonía por SARS-CoV-2, sí obtuvieron resultados estadísticamente significativos.

    En este caso, los pacientes que recibieron remdesivir tuvieron un “tiempo hasta la mejoría clínica” un 31 % más corto que los que recibieron placebo. Concretamente, “el tiempo medio hasta la mejoría clínica” fue de 11 días para los pacientes tratados con remdesivir, frente a los 15 días en el grupo de pacientes que recibieron placebo.

    Los resultados también sugirieron un beneficio en la supervivencia, con una tasa de mortalidad de 7,1 % en el grupo que recibió remdesivir, frente al 11,9 % en el grupo placebo. Esta mejoría se observó sobre todo en aquellos pacientes con insuficiencia respiratoria (déficit de oxígeno en la sangre), pero que no requerían de respiración mecánica o extracorpórea.

    Con respecto a la tolerabilidad, el perfil de seguridad de remdesivir no se ha caracterizado de manera completa. La mayor parte de la experiencia clínica se relaciona con su uso en el control del ébola, que difiere profundamente del SARS-CoV-2. Sin embargo, hasta ahora no hay hallazgos de seguridad que impidan su uso en pacientes con COVID-19.

    Entre las preocupaciones a tener en consideración en los pacientes tratados con el remdesivir se encuentran la función renal y hepática, que deben ser monitorizadas antes y durante el tratamiento. Los datos de uso compasivo en 61 pacientes graves de COVID-19 tratados con el remdesivir, publicados en abril en el New England Journal of Medicine, pusieron de manifiesto que el efecto adverso más común fue el aumento de los niveles de las enzimas hepáticas, observado en el 23 % de los pacientes, siendo la hipotensión arterial el segundo (8 % de los pacientes).

    Por otro lado, el remdesivir presenta algunas similitudes estructurales y funcionales con otro medicamento antiviral, el tenofovir, que ha confirmado ser nefrotóxico, tanto en pacientes con hepatitis crónica tipo B como en modelos animales. En humanos, el remdesivir se elimina en gran medida a nivel renal, lo que podría ocasionar una acumulación orgánica del medicamento en aquellos pacientes con insuficiencia renal.

    También se han informado efectos adversos gastrointestinales de menor intensidad, como náuseas y diarrea, en un 3 % a 5 % de los pacientes tratados, aunque estos efectos también podrían asociarse a la sintomatología de la COVID-19.

    ¿Cómo y cuándo se administra?

    El remdesivir se administra a través de una vía intravenosa por goteo. Su uso se limita a los centros hospitalarios en los que los pacientes pueden ser vigilados estrechamente, monitorizando la función hepática y renal, antes y durante el tratamiento. El tratamiento debe comenzar con una infusión de 200 mg el primer día, seguida de una infusión de 100 mg al día durante, al menos, 4 días más. Nunca durante más de 10 días.

    ¿Por qué su autorización condicional?

    En abril de 2020 se comenzó la evaluación de los datos de calidad, fabricación, preclínicos y clínicos preliminares, así como los datos sobre seguridad procedentes de la experiencia adquirida con el uso de este medicamento en los programas de uso compasivo. Con todos estos datos, la EMA ha propuesto la autorización condicional de este medicamento, lo que implica que se tienen que ampliar los datos de eficacia y seguridad, por lo que hay que continuar investigando con este fármaco.

    La autorización condicional de un medicamento significa que se considera que satisface una necesidad médica no cubierta en la medida en que el beneficio para la salud pública de su inmediata disponibilidad es superior a la incertidumbre derivada de la limitación de los datos disponibles.

    Sin embargo, el laboratorio comercializador (en este caso Gilead Sciences), debe comprometerse a proporcionar más datos clínicos que completen la información actual sobre eficacia y seguridad del medicamento. En este sentido, solo cuando estos datos sean positivos se concederá la autorización completa y definitiva. En caso contrario, se retirará del mercado.

    ¿Qué podemos esperar de este fármaco antiviral?

    El remdesivir ha abierto una importante puerta al tratamiento de la COVID-19. Es el primer agente autorizado que actúa directamente sobre el virus. Pero, aunque se ha demostrado inicialmente su eficacia en pacientes graves o muy graves, su perfil de seguridad no está totalmente esclarecido.

    En la actualidad, hay más de siete ensayos clínicos en el mundo que están evaluando este antiviral, y la Universidad Johns Hopkins considera al remdesivir como el fármaco más prometedor en estos momentos para el tratamiento de la COVID-19.

    Por todos estos motivos, la comunidad científica, junto con las autoridades sanitarias y regulatorias, deben vigilar estrechamente todos los datos clínicos que se vayan aportando en los próximos meses para confirmar definitivamente la idoneidad de este tratamiento.

    The Conversation

    Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.

    Fuente: The Conversation (Creative Commons)
    Author: Francisco López-Muñoz, Profesor Titular de Farmacología y Vicerrector de Investigación y Ciencia, Universidad Camilo José Cela

  • Conferencia de prensa matutina. Miércoles 1 de julio 2020 | Presidente AMLO

    Conferencia de prensa matutina, desde Palacio Nacional, Ciudad de México. Miércoles 1 de julio 2020. Presidente AMLO.

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  • Quiebra el Banco FAMSA, ¿Cómo retirar tu dinero?

    A través de EL FINANCIERO te compartimos la guía de qué hacer para recuperar tus ahorros

    El procedimiento depende si tenías menos de 9 mil ahorrados que es a través de practicajas BBVA. Si tenías más, el pago será por cheque:

    -Los ahorradores deberán ingresar, a partir del 2 de julio, al Portal de Pagos IPAB en la siguiente dirección: https://apps.ipab.org.mx/PCOP, y dependiendo el perfil del cliente, podrán recibir su dinero este fin de semana; con respecto a las personas morales, la devolución será en aproximadamente dos semanas.

    Guía completa: Tengo ahorros en Banco Famsa, ¿qué hago?

     

  • Las bacterias de nuestro sistema gastrointestinal, aliadas contra la COVID-19

    Shutterstock / OBprod

    El gran peligro del coronavirus radica en la pérdida de control por su implacable transmisibilidad. Sobre todo por parte de las personas que no muestran síntomas respiratorios ni fiebre, por lo que no saben si están infectadas: los llamados transmisores “silenciosos”. Los síntomas gastrointestinales pueden jugar un papel fundamental para detener la propagación.

    En el curso de la COVID-19 tienen lugar varias fases. Se determinó que el 60 % de los infectados tenían problemas intestinales como diarrea, vómitos o dolor abdominal en las primeras etapas de la enfermedad. Esto días antes de detectarse síntomas respiratorios o incluso neumonía.

    Cuando las personas infectadas presentan síntomas intestinales no se sospecha que se deba a la infección por el coronavirus. Por lo tanto, no son testadas. Esto representa un factor de riesgo enorme en la transmisibilidad.

    Las bacterias de nuestro sistema gastrointestinal, aliadas contra la COVID-19 -  src=
    Síntomas gastrointestinales y cambios en la flora asociados a COVID-19.
    Royalty-free Illustration, FAL

    Un síntoma para cada fase

    Al inicio de la enfermedad, el virus comienza a replicarse e infectar las células de distintos sistemas del organismo. Esto puede causar disfunción intestinal, cambios en la flora bacteriana e inflamación sistémica aguda.

    A medida que la enfermedad progresa, el virus no necesita replicarse y la cascada inflamatoria más potente estalla, acompañada de problemas respiratorios y fiebre. Las personas que presentaron síntomas intestinales en las primeras fases fueron las que desarrollaron mayores complicaciones en fases más avanzadas.

    Las razones por las cuales el SARS-CoV-2 causa más patologías en algunas personas que en otras siguen sin conocerse. Aún así, hay pacientes que logran eliminar el virus sin desarrollar síntomas, lo que sugiere que un sistema inmunitario fortalecido puede darnos la clave para comprender y superar la infección viral.

    En este contexto, identificar los síntomas no respiratorios asociados con la COVID-19 lo antes posible podría detener la propagación.

    Alteraciones en la flora microbiana

    La puerta de entrada principal para la invasión del SARS-CoV-2 son los receptores de la enzima convertidora de la angiotensina 2 (ACE2) que se expresan en los pulmones, pero también se encuentran en los intestinos.

    La entrada del coronavirus produce un aumento de la inflamación que causa alteraciones en la flora intestinal. Estas pueden agravar la llamada tormenta sistémica de citoquinas o la hiperinflamación en los pacientes más severos. La mayoría de las comorbilidades de la COVID-19 como la obesidad, la hipertensión, las enfermedades cardiovasculares, la diabetes y la vejez se asocian con una disminución de la diversidad microbiana.

    A menor diversidad, existe una mayor respuesta inflamatoria. Por lo tanto, esperaríamos un peor pronóstico de la COVID-19. Si podemos identificar qué bacterias orquestan el curso de la enfermedad, podríamos predecir la gravedad y el pronóstico de COVID-19.

    Un par de estudios con un grupo muy reducido de pacientes hospitalizados, identificaron que el coronavirus alteraba los microbios intestinales de los pacientes en relación con la severidad de la COVID-19.

    Estudios similares son necesarios también en la población asintomática o con síntomas leves. En nuestro laboratorio tratamos de identificar qué bacterias intestinales en infectados de SARS-CoV-2 guardan relación con marcadores inflamatorios y con la carga viral. Si podemos establecer qué bacterias se asocian con la sintomatología, podríamos interferir y modificar la abundancia de estas bacterias para protegernos de la gravedad de COVID-19.

    Dieta y probióticos

    Es posible modificar la flora intestinal cambiando la dieta o usando probióticos específicos. Bacterias de la familia Bifidobacterium o Lactobaccillus reducen la inflamación. Otras, como el Clostridium, pueden actuar como posibles patógenos.

    Si promovemos un estado nutricional adecuado podemos mejorar la respuesta inmune en las primeras etapas de la infección. Esto dependería de la ingesta de fibra dietética que disminuye el riesgo de infección. Además, las vitaminas A, D, C o E y los ácidos grasos omega-3 favorecen que las bacterias intestinales fermenten subproductos que ayudan a la respuesta antiinflamatoria.

    Una vez que determinamos qué bacterias están asociadas con la gravedad de la COVID-19, podríamos diseñar tratamientos o dietas para modificarlas en cuestión de días. Puede ser posible reducir la respuesta inflamatoria modificando la flora intestinal para protegernos de las consecuencias más graves de COVID-19. Al aumentar la diversidad bacteriana, no solo nos protegemos contra las infecciones virales, sino también contra otros problemas de salud, incluida la mental.

    The Conversation

    Sonia Villapol recibe fondos de National Institutes of Health.

    Fuente: The Conversation (Creative Commons)
    Author: Sonia Villapol, Assistant Professor , Houston Methodist Research Institute

  • Falso que Carlos Romero Deschamps tenga COVID: Sindicato Petrolero

    A través de un comunicado el sindicato refirió:

    “Pedimos su apoyo de no difundir información falsa y en caso de cualquier duda, contactar al funcionario correspondiente de su Sección Sindical. Asimismo, esta Organización Sindical tiene conocimiento que el contagio por COVID-19 de nuestro exsecretario General Carlos A. Romero Deschamps es falso”.

  • Así usan los tweets del Embajador Landau para azuzar

    Analizamos la denuncia del Embajador de EEUU y encontramos que no solo fue víctima de una operación de desinfromación, sino que sus tweets son usados por ambos bandos enfrentados, antioficialistas y oficialistas