Al parecer nadie se preocupa por la privacidad de los usuarios, si no por los costos que implicaría llevar un registro de llamadas y el crear un padrón de usuarios de telefonía móvil en México.
El argumento principal el crimen organizado usa ese medio par extorsionar y operar sus ilícitos, sin embargo nadie ha explicado cómo el llevar este control de llamadas ayudará a reducir estos crímenes y si acaso no ayudará a incrementarlos, pues un registro de la posición geográfica, las llamadas y los datos de millones de mexicanos pueden convertirse en un jugoso botín que bien podrían comprar los criminales, o bien podría dársele un mal uso y terminar en circulación de empresas de marketing como sucede con el padrón electoral…