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Día de la madre: la emotiva carta de un hijo a su madre

Mamá:

Mamá, déjate llevar por lo que necesito, no luches. Soy parte de tu cuerpo y estoy de tu lado. No vine a pelear ni a hacerte las cosas difíciles, vine a mostrarte lo que eres: de lo que eres capaz, soy la luz que alumbrará tus rinconcitos oscuros y te ayudaré a conocerte mejor. Soy parte de tu cuerpo, siénteme, haz lo que tu instinto diga, no escuche ni creas, créeme a mí porque tu misma me creaste.

Olvídate de las horas, disfruta. Habrá días que serán noches y noches que serán días, pero si te dejas llevar nos tendremos el uno al otro y todo será más fácil.

Esta es la vida real, el amor real, el cansancio real, la felicidad real, lo demás fue ensayo. Pero si no te resistes a dejarte llevar, será maravilloso.

Todo lo que se ve ya no lo necesitas, necesitas eso que viene de adentro y que no se refleja: olvídate del espejo, tu cuerpo es perfecto porque me sostiene y me hace sentir vivo, mantenerme vivo. Sin ese cuerpo nadie existiría. Siempre serás la de antes pero tendrás la oportunidad de llegar a tu mejor versión. No te angusties, se pasa rápido, muy rápido.

Mamá querida, gracias por amarme tanto. Aunque a veces quieras tu vida de vuelta y pienses en irte lejos para poder estar en paz, eso también es parte de ser mamá y a todas les pasa pero es un secreto que nadie cuenta.

Las noches en vela, el trabajo diario, todo lo que has dejado de lado por mí lo tendré en cuenta y lo dejaré plasmado en mi corazón. Este trabajo que tienes, el de cuidarme, sumado a todos los trabajos que tienes que hacer diariamente, sin duda son la base de nuestra sociedad. Gracias por tratarme con respeto porque me enseñas a respetar a los demás, gracias por responde a mis necesidades y correr ante mi llanto, así me enseñas que soy merecedor de amor y que de adulto debo quererme como tu me quieres.

Gracias por lo que construyes, porque en el fondo construimos juntos y aunque estemos rodeados de gente o solos, siempre será un tema de dos.

Te adoro Mamá.

Texto escrito por Varinia Signorelli, Psicóloga Infantil & Femenina @supermadreblog y publicado en la web Nueva Mujer.

Acá estoy. Por fin me tienes en brazos como soñabas o como temías, sea como sea estoy acá y respiro sobre ti. Te miro porque tus ojos tienen luz y es casi lo único que puedo ver bien. Siento olores distintos y otras texturas, la fuerza de gravedad me jala hacia abajo y temo caer: pero vienen tus manos y me acunan, así es que nada malo puede pasar. Los primeros momentos son intensos, pero cada día será más fácil y menos abrumador. Para mi también lo será, no es fácil estar acá afuera, pero puedes hacerme sentir tan bien cuando siento tu cuerpo cerca.